martes, 31 de agosto de 2010

la vida en papel: la mascota

Siempre se han tenido mascotas, aunque antes solían tener un carácter más efímero. En la foto mi madre y su hermano, mi tío Frasquito (Francisco Quesada García), a quien debo la foto, en la puerta del corral de la calle de Los Riscos (por supuesto también la mascota, un choto).


Supercampeones

Problemas con la cámara me han hecho retrasar la entrada, pero ¿qué mejor día que hoy? Je, je, esto no ha hecho nada más que empezar.


lunes, 30 de agosto de 2010

Gracias Pedro

Cuando chico, de Pedro no tenía más noticia que verlo en la tienda de Lucía, su esposa, de los tiempos en que mi abuela Pura y yo atendíamos el despacho que mi padre tenía en casa de mi tía Rafaela. Por reiteradas, sólo lo asociaba a dos situaciones que me transmitían erróneamente la imagen de un hombre huraño. La primera de ellas se daba cuando, a primera hora, tenía que ir a comprar alguna engañifa para el bocadillo, pues debía coger pronto el autobús de Manolo para irme a estudiar a Linares. Lo veía con Juan “el ganforro”, en la tienda, haciendo un descanso de sus faenas, amarrados momentáneamente a una botella “del mono” y hablando de su pasión, la liria.

La segunda, y seguro que era la que me tenía en equívoco, lo situaba trajinando con una gran faca. Con una destreza sin igual, movía el cuchillo entre sus manazas hasta hacer desaparecer la corteza de los jamones. Este hacer cotidiano le dejaba a su señora “campo libre” para cortar los pedidos de jamón, por entonces eran pocos los que podían comprar un jamón entero.

Muchos años después lo encontré compartiendo aficiones y trabajos con mi padre y con Juan Ramón el carpintero. Las mañanas las echaban en el huerto, donde Juan Ramón sólo acudía a ratos, a razón de su situación laboral, muy dispar de la de sus socios jubilados. Y los encontrabas en faena cinegética los fines de semana, con la llegada del otoño. Para ellos la liria era mucho más que cazar, era una forma de refrendar los ratos de buena amistad. Ahora si conocí al verdadero Pedro, todo “humanidad”.

En una de las mañanas de verano que echaba con ellos en el huerto, surgió el tema de los licores y como Pedro los hacía, sobre todo con zarzamoras. Envalentonados con la discusión y el vino acabé quedando para acercarnos por la tarde a “Juan de las Vacas” y coger unas pocas moras. Sólo aparecimos Pedro y yo en plena calina.

Muy pronto llené una bolsa, aunque lo hice rodeando con cuidado los bajos de la zarza y dando de lado a los altos, pues no se me ocurrió otra grandeza que ir en pantalón corto. Con mi bolsa llena y todo orgulloso le digo a Pedro que podíamos regresar, él también había llenado la suya. Y me dice -Nene, con esa birria de moras no vamos a ir-, y va y me saca un manojo de bolsas del pantalón. De nada me sirvió la excusa de la cortedad de mi calzón, era tal su ánimo que acabamos con un palo y las bolsas encaramados por encima de unas zarzas de más de cuatro metros de alto, una verdadera selva enmarañada.

Finalmente, cogimos bolsas y bolsas de moras y mi adrenalina llegó a cotas inimaginables, tal era la grandeza de su espíritu. Acabé hecho un “ecce homo” pero pase una de esas tardes que nunca se olvidan, de las que uno se siente orgulloso al contarlas. Gracias Pedro por una de muchas tardes y mañanas buenas, como alguna por esos llanos “furtivos” de la foto.


jueves, 26 de agosto de 2010

bocetos para una 3D

Al hilo del tema del Capitán Trueno y parte de su rodaje en nuestro castillo, nos llega una verdadera madeja.

Compartimos con la Red de Conjuntos Históricos y Arquitectura Popular de Andalucía, y con los otros 22 municipios que la conforman, un proyecto de recreación 3D de algunos de los monumentos de cada localidad. En nuestro caso ya se realizó, a modo de aperitivo, la recreación de una casa de Peñalosa y se anda en faenas con el interior del castillo.

De justicia es subrayar que el proyecto anda escaso de fondos y que, por mucho que se estruje la teta, no vamos a pasar de un esbozo. En el futuro habrá tiempo (también más datos) para acercarse con una mayor precisión científica.

Las que siguen son las primeras fotos, aún pruebas, que irán dando vida al 3D. Aún hay mucho que pulir y corregir, pero ya vamos teniendo una idea de como era el corazón de nuestro castillo en la Baja Edad Media.

Bueno, pues no me digan que no impacta. Pues uno que ha peinado rincón a rincón hasta hartarse, como un servidor, ha necesitado un buen rato para digerir la escena.



martes, 24 de agosto de 2010

La "vida en papel" 2: matanza

En el patio de mi chacha Mariana a principios de los 70. Mi abuela, mis chachas y mi tía Antonia. A la izquierda la ventana de la cocina de mi abuela, verdadera puerta de acceso a la casa.


Fotografía: Antonio Miraves

lunes, 23 de agosto de 2010

+ cosas

Normalmente, nunca o casi nunca suelo opinar sobre “política mayor” pues creo que a la gente de a pie nos es muy difícil obtener toda la información precisa para ser objetivo en nuestros comentarios.

Sin embargo, siempre hay una vez que rompe la norma. El sábado noche, deambulando por las televisiones, tropecé de bruces con una entrevista política que estaban realizando en La Noria. La primera sensación fue de tremenda perplejidad, o quizá hace demasiado tiempo que no veo este programa. Bueno, pues estuve atento a toda la entrevista que le hicieron a Tomás Gómez y a parte del debate posterior. Todo vino a ratificar una opinión que había ido modelando en los últimos días y que viene a subrayar la tremenda máquina publicitaria que a día de hoy, y en lo últimos años, es el Partido Socialista. Con esta premisa, me extrañó enormemente que ninguno de los comentaristas presentes llegara a la misma conclusión que yo. Narro mis argumentos.

De cara a las próximas elecciones autonómicas en Madrid el PSOE tiene que buscar un firme candidato que “pelee” contra una presidenta, Esperanza Aguirre, que todas las encuestas amenazan que alarga su mandato de forma inexorable. La verdad sea dicha, Esperanza tiene una imagen de gestora eficaz que, además, llega a la masa electoral como nadie. Ante este hecho los socialistas estaban totalmente desarmados pues su principal argumento era un señor trabajador, transparente, cualificado y honrado. Con estos adjetivos no se llega ni a la esquina, de hecho si sólo fuera por esto lo votarían tres teniendo en cuenta que yo votara en Madrid. A este señor había que darle más empaque; y ahora lo tiene.

La estrategia es clara, de arriba, de donde todo se hace mal e improvisado, se sacan de la chistera una opción nueva, que no es mala (posiblemente una de las ministras/os mejor valorada/o) y que, si fuera la candidata definitiva, no sería mala opción. Pero si el candidato final fuera Tomás Gómez sería un candidato que sale de la democracia (primarias), que es bueno por sus propias cualidades y por una trayectoria demostrada, y, lo más importante, es el candidato que ha derrotado al que todo lo mueve y mal (o eso parecería). El PSOE ya ha ganado.


Bonita recreación

Aquí vemos la entrada principal de la web de la película del "Capitán Trueno y el Santo Grial", ¿nos suena, verdad?


viernes, 20 de agosto de 2010

Una deuda de 4000 años

Hace ya más de cuatro milenios que desde los altiplanos de Granada llegaron a nuestras sierras unos “tipos” que, cargados de nuevos argumentos culturales y tecnológicos, fueron instalando su modo de entender la relación con la tierra que hoyaban. El afán minero era su principal objetivo y así, en torno a la minería y la metalurgia, fueron creando un hábitat formado por explotaciones mineras (Polígono-Contraminas, Huerta el Gato y José Martín Palacio -Doña Eva-), fortines como el de Migaldías o el Mesto y grandes poblados amurallados (La Verónica, Peñalosa, La Obra de los Moros o nuestro Cerro del Cueto).

Atrás habían dejado otras formas de vida y muerte (enterramiento colectivo en dólmenes) para avanzar en el complejo laberinto de la historia.

Pues hete ahí que, 4.000 años después, va nuestro amigo y maestro Lore de la mano de la ya más que bañusca Auxilio y les planta en sus narices (Parque de la Ciencias de Granada) uno de sus viejos dólmenes. Deuda saldada.




La "vida en papel" 1: esquilando

Esquilando por mayo de mediados de los 60.

Gentileza de José María, hijo de Gregorio "el cuco" (por mediación de Lore)

martes, 17 de agosto de 2010

Guión visita teatralizada al castillo (y2)

Cuando se acerca la guía con los acompañantes a la primera meseta inferior, se incorpora a hurtadillas, de incógnito, desde detrás de la torre del alcazarejo, un personaje que comienzan a exclamar mirando a los visitantes:


Abdala.- ¿Quiénes sois?, acaso las huestes de Néchir que vienen en busca de mi alma pese a que aún estoy vivo. ¡No!, esas ropas tan extrañas, los hierros de vuestras manos, los vidrios que situáis sobre los ojos y que decir del olor tan intenso que dejáis, seguro, sois alcahuetas cristianas. ¡Maldita mi suerte!

Guía.- No buen señor, somos gente de bien que venimos a conocer este castillo.

Abdala.- ¿Cristianos o moros?

Guía.- De todo un poco.

Abdala.- Cristianos seguro, ¿cómo podríais ser gente de bien?

Guía.- ¿Y quién es usted señor?

Abdala.- Un pobre desgraciado, Abdala, hijo de Ahmed y servidor de Alá todopoderoso y que aquí me ven, perdido en el tiempo.

Guía.- ¿Perdido en el tiempo?

Abdala.- Sí buena dama, perdido en el tiempo. Era emisario de Al Nassir, príncipe del Islam. Nuestra adivina no tuvo otro acierto que enviarme al futuro para saber el resultado de la batalla que nos iba a enfrentar al rey castellano Alfonso VIII y así prevenir errores. ¡Vieja bruja!, ¿dónde me ha enviado? (con retintín), ¡creo que se ha pasado 3 pueblos!

Guía.- Y tanto, la batalla fue en el 590 de la Hégira del profeta y ya estamos en el 1.388 de vuestro calendario; en el año 2010 desde el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.

Abdala.- Creo que no es necesario preguntar por el resultado final de la batalla, es evidente (pronuncia resignado). Entonces, claro, no sois acompañantes de Néchir.

(en esos momentos vuelve a aparecer Charún dando vueltas alrededor de los visitantes, se detiene).

Guía.- No, claro que no (afirma arrinconando a Charún contra el torreón del alcazarejo bajo la amenaza de la rama de álamo).

Abdala.- En verdad que este ser tampoco parece Nechir, demonio del Purgatorio, donde creía haber llegado, pero debe ser algún monstruo de su calaña ¡Echadlo a patadas! (el guía le pisa la sombra -la manera más fiable para hacerlo huir- y Charún escapa despavorido). Puedo contaros algunos datos sobre este castillo, aquí vinieron mis huesos a ver la luz tres décadas antes de la gran batalla, esa que me perdí de manera definitiva.

Por cierto, ¿qué son esos hierros que abrazan los muros del castillo?

Guía.- Son andamios, el castillo, aunque ya no se dedica a la guerra, necesita un mantenimiento, así ha llegado en excelentes condiciones hasta nosotros.

Abdala.- ¿Sabéis?, mi abuelo fue alarife principal, participó en las obras de construcción del castillo siguiendo las normas sagradas traídas de oriente. ¿Conocéis que nuestro pueblo, los guerreros almohades, fueron los mejores constructores de castillos del orbe conocido?, al modo sirio y persa logramos un tapial duro, mucho más aún que el que elaboraban los romanos.

El mortero, la tabiyya, se hacía con tierra limpia, lavada, traída de la parte superior de las mesetas de arenisca que hay frente a este cerro, …

Guía.- Del cerro de la Calera que forma la parte alta del pueblo y del vecino Gólgota (apostilla el guía indicando los lugares a los acompañantes).

Abdala.- … chino de río, cal y agua. Se fabricaban grandes cajones de madera o encofrados, de 2 codos de alto (82 cm.) por 4 o 6 de largo, que si iban situando sobre una vigas de madera llamadas agujas. Éstas, al pudrirse, han dejado los agujeros que ahora veis, también llamados mechinales, que hacen la función de junta de dilatación. Sobre estos cajones se iba vertiendo el tapial que era apretado con un pesado pisón de madera.

Guía.- Nosotros seguimos, ¿nos acompañas Abdala?

Abdala.- Por supuesto.


(Cuando pasamos junto a la casa de las tinajas Abdala comienza a llorar).

Guía.- ¿Qué te ocurre Abdala?

Abdala.- Esta era mi casa, como puedes ver ahora profanada por el maldito elixir de los paganos ¿o es que acaso no veis esas tinajas de vino y el lagar para pisar la uva que debieron construir los seguidores de vuestro maldito Dios?

Guía.- ¿En verdad no bebíais vino?

Abdala.- Nunca (dice rotundo). Bueno, al principio de llegar a Al Andalus, después se relajaron las costumbres y… durante las comidas nos justificábamos afirmando que era vinagre para una mejor digestión (dice en un tono más simpático y guiñando el ojo). Pero también los frailes cristianos, al principio de la Cuaresma, lanzaban un cerdo al río y hacían como que lo pescaban, ¡así tenían pescado para toda la Cuaresma! No, si en todos sitios cuecen habas.

Aún recuerdo cuando pequeño la mezcla de espléndidos olores que desprendían los guisados de mi madre: a ajo, tomillo, miel, laurel, pero nada de pimienta ni nuez moscada, que eso viene de oriente y es carísimo… Mi madre, a menudo, organizaba un “berenjenal”.

Guía.- ¿Cómo?

Abdala.- Sí, la berenjena era para nosotros un manjar exquisito, de ahí el apelativo que dábamos a nuestras grandes fiestas: berenjenal; no podía faltar de mil formas y maneras. En los buenos tiempos, los berenjenales eran casi continuos.

(Dirigiéndose al guía) ¿Acaso mascas hinojo, o se trata de un panal de miel?

Guía.- No buen Abdala, se trata de un chicle (le pasa uno).

Abdaba.- (haciendo muecas de lo fuerte del chicle) ¡Está muy bueno! pero creo que ya es momento de dejaros y volver a mi sitio, no sea que la vieja bruja intente hacerme volver a mi tiempo. Que Alá sea con todos, buenas gentes.


Fotografía: www.bdelaencina.com

viernes, 13 de agosto de 2010

guion visita teatralizada al castillo (1)

Cambiamos de rumbo, subimos directamente hasta los aljibes. Aquí el guía debe provocar que los asistentes, en un momento dado, miren hacia el alcazarejo, ese preciso instante debe ser aprovechado para que, a espaldas del público y creando gran revuelo, se cuele Charún, rey de las almas perdidas.

Como lleva en la cintura dos cencerros, se cuela inquieto entre la gente provocando gran estruendo.

Charún.- ¡Ilicia!, ¡Ilicia!, ¿dónde escondes tu negra alma?, ¿dónde tu sucia sangre? (mirando de manera inquietante, nerviosa, uno a uno a todos los asistentes).

Guía.- ¡Qué nadie se mueva!, sus ojos están acostumbrados a la oscuridad y sólo puede dar cuenta de nuestra presencia cuando nuestras sombras se agitan. ¡Qué nadie se mueva!

Es Charún -afirma el guía-, rey de las almas perdidas, servidor de Hécate, diosa de los muertos, de los fantasmas y de las brujas. Se alimenta de la sangre de los moribundos y su trabajo consiste en hallar las almas en pena para dirigirlas al cruento infierno.

No os preocupéis, siempre vengo preparada con una rama de álamo negro que está consagrada a Hécate, la que nos vigila desde el cielo -el guía indica a la luna, representación de la diosa Hécate-. Ningún mal puede hacernos si estamos callados y andamos sigilosos.

Ilicia.- (introduciéndose sigilosamente entre los visitantes a los que muestra una cara pálida y llena de desaliento). ¿Es a mí a quién buscas negra vieja? ¿Es qué nunca te darás cuenta que mi alma es como el viento: libre, cambiante, imprevisible? ¡Nunca me atraparás!

¿Quiénes son ustedes? (dirigiéndose a la guía), ¿es qué no saben que cuando va cayendo la noche entre estas ruinas se reúnen demonios y brujas, viejos satánicos y seguidores de Hécate que no cesan de inquietar hasta haber saciado su maldad? Muchas son las almas que caen en el pozo de los infiernos en noches como ésta, cuando despistados facilones se dejan engatusar por la algarabía de estos escandalosos cencerros que, con su estruendo, rompen la quietud y el silencio de la noche.

Guía.- ¿Es usted Ilicia, la joven patricia romana muerta en circunstancias extrañas de la que hablan las crónicas de este castillo?

Ilicia.- La misma, hija del publicano Mario. Mi padre llegó a tener la concesión de todas las minas de Sierra Morena, desde Cástulo a Sisapo -contesta cogiéndole a la guía la rama de álamo y golpeando a Charún, que huye entre un gran estruendo de cencerros y espantos-.

Guía.- ¿Y cómo fue su trágica muerte?

Ilicia.- Como todas las muertes injustas. Mi padre, hombre cabal, de cuentas claras con el César y con los Dioses, viendo que los caminos que llevaban a las minas iban a peor tras sucesivos inviernos de abundantes lluvias, pidió al procurador del César, Othorio, que los arreglara, pues las pérdidas económicas, para él y para las arcas del Emperador, crecían día a día.

El malvado Othorio accedió pero con la condición de que mi padre me entregará a él en matrimonio, aún sabiendo que yo era contraria, no había cumplido todavía los quince años. Mi padre, con gran dolor por su parte, me entregó al procurador creyendo que me colmaría de bondades y riquezas. Othorio, por su parte, como hombre de palabra, cumplió su promesa de arreglar los caminos, puentes y fuentes de la Sierra.

Pero enn pocos meses fui consciente de la maldad que entrañaba su corazón y su mente. Su ambición era insaciable tanto en tesoros como en amores, en nada de tiempo, una vez que caí en sus brazos, pasé a ser una más de las esclavas que ocultaba en sus habitaciones privadas.

Guía.- Pero, ¿Othorio no la amaba?

Ilicia.- Othorio sólo amaba a su persona y a su ambición.

Resignada de la vida, durante una de las visitas que mi esposo hizo a las dependencias administrativas que mi padre poseía en el interior de la Sierra, a los pies del Cerro sagrado del Navamorquín, y en la que lo acompañé, logré escapar. Fui perseguida hasta la extenuación y, finalmente, viéndome acorralada, me lance al fondo del aljibe que se sitúa en el interior del castillo del Navamorquín.

Llena de lágrimas y según caía a las negras entrañas de la tierra, pude escuchar que uno de los legionarios que corría tras de mí decía: “aquí muere Ilicia, mujer de gran gallardía”; desde entonces este castillo es llamado de “Gallarda o Galiarda”.

Recogieron mis restos y quemaron el destrozado envoltorio en que se había transformado mi cuerpo, quedando mi alma errante, como podéis apreciar. Posteriormente las cenizas fueron enterradas en un templo que mi padre alzó en mi honor, aquí donde posáis vuestros pies, en lo más alto del Cueto, colocando una estela con el desgraciado nombre de esta sirviente de la muerte.

(Ilicia marcha callada y cabizbaja por la escalinata, muy despacio, hasta esconderse en una torre).

Fotografía: www.bdelaencina.com

miércoles, 11 de agosto de 2010

Un mar de catetos

Ha hecho algo más de 17 años que visité por primera vez la Ciudad Encantada, en la Serranía de Cuenca. Después, hará unos 12, realicé mi segunda visita. La primera vez fue una escapada esporádica, de esas que hacía uno a la aventura, a descubrir un mundo que se iba quedando pequeño.



Serpenteando por una carretera inaudita, solitaria, silenciosa, sólo a tramos alterada por un camión que transportaba madera, fui a llegar a Uña, donde descubrí su laguna y a la “coloretes” barriendo la puerta de la casa que tenía en esta población; una señora muy agradable que conocía de “ir vendiendo pan por las calles” y que ubicaba en Baños al principio de la calle de “las chozas”. Tras su amable recibida me dejó constancia de la vida trashumante con su marido. El encuentro fortuito dio pie a toda una lección de “cosas que ver” por esas tierras.

Así, a la vuelta, sin excusa, tuve que pasar por la “ciudad encantada”, para mí todo un descubrimiento geológico. Una joya del buen hacer de la naturaleza sólo perturbada por la presencia de una minúscula y destartalada taberna de sierra, donde un seco “alcarreño” dejaba constancia de las hondas raíces de sus gentes. El paseo, aunque silencioso, era todo un tumulto de armoniosos sonidos e intensos aromas; el sendero era todo un mar de preguntas de “querer saber lo que iba descubriendo”.

Cinco años después el silencio iba rompiéndose y la tasca había sido tumbada bajo los designios de la modernidad dando paso a un “hotel universal”, ¡qué paradoja para estas tierras! La nueva carretera de Serranía iba dando pujanza a una actividad cada vez más presente: el turismo rural. Entendí que primero había sido el hotel pero que después llegarían capítulos de índole más positiva como una mejor organización de las visitas que irían impregnado de un carácter más didáctico la experiencia, formando así una vivencia mucho más cercana al territorio y más alejada de la “pandereta”.

Bueno, pues con esas intenciones me acerqué este fin de semana, con ganas que mis hijos tocaran la roca y supieran algo más del suelo sobre el que pisan.

Pues bien, las visitas están mejor organizadas, todo el mundo, hasta los más niños, deben pagar 3€ por visitar, a tu aire, un zoológico de piedra, eso sí, tras superar una suma de kioscos y artesanías con encanto, que yo más bien diría de “feria”. Ya dentro, un magnífico panel, posiblemente realizado por niños de primaria (incluidas faltas de ortografía), a modo de tablón de helados, nos informa sobre este paraje lo mismo que podría mal hacerlo del karst de Sorbas.

Tras este magnífico recibimiento, un tinglado de complejas papeleras soportadas por tubos de antena de televisión, carteles faunísticos varados sobre la roca y flechas desdibujados sobre “animales pétreos” se van sucediendo dejando de lado sorprendentes WC. Toda una experiencia, bendita esta modernidad.







miércoles, 4 de agosto de 2010

Nueva campaña en Peñalosa

Bueno, el próximo lunes, día 9, se reanudan las obras de excavación arqueológica en Peñalosa. Por delante, dos meses de intenso trabajo que seguirán dando luz a uno de los principales yacimientos argáricos del sur peninsular (Edad del Bronce).

Ya van para 25 años desde que Paco Contreras, Auxilio Moreno, … y un largo etcétera de colaboradores, en general todo el Departamento de Arqueología de la Universidad de Granada, llegaron, siguen llegando y se quedaron en nuestro pueblo (de lo que hoy son una muestra Eva y Luís) totalmente enganchados a nuestra cuenca minera del Rumblar.

A la excavación arqueológica de esta campaña se une otra campaña (paralela) de consolidación, restauración y puesta en valor turístico de la acrópolis, proyecto enmarcado en la estrategia de Turismo Sostenible “Paisajes Mineros de Jaén”. En total 17 obreros y un equipo de técnicos que darán mucho lustre a nuestra prehistoria reciente.

Durante la campaña serán varias las sorpresas que nos irán dando, algunas proyectadas (propuesta de BIC, presentación de un magnifico libro sobre la minería histórica en Jaén, visita de arqueólogos franceses especializados en minería antigua, curso de cerámica prehistórica, inauguración de la Casa del Barro,…, y alguna más que no debo decir) y otras no tanto, pero seguro satisfactorias. Así que Ana, ¡muy atenta! que el Ecomuseo del Bronce va dando puntilladas seguras y no se te puede escapar ni una foto.