jueves, 26 de enero de 2012

El patrimonio de Baños de la Encina (Jaén)

Durante mis días de Instituto contadas veces tuve alguna alegría al encontrar en los libros de texto, o en las explicaciones de mis profesores, alguna referencia al patrimonio de mi pueblo, y todas en relación al castillo. Ninguna en el colegio. Ya desde chico que era uno muy de su pueblo.

Durante mis años de Universidad, tanto en Jaén como en Granada, recibí alguna alegría de mayor calado, ahora, a las faldas del castillo, y muy de vez en cuando, se sumaba el yacimiento argárico de Peñalosa, el Camarín –en los primeros años en el Colegio Universitario-, las minas de El Centenillo o la Finca de Selladores de la mano de mi buen amigo y profesor Eduardo Araque.

Los últimos años se han visto salpicados de varias nuevas que han ido abriendo un huequecito al desconocido patrimonio de Baños de la Encina. Así, entre otras, el molino ha sido protagonista de un libro de texto de Anaya, nuestro Ruedos (su geología, sus caminos y su patrimonio etnográfico) forman parte de un proyecto de la Universidad de Jaén (Geosendero de la Pizarrilla) y en breve nuestro municipio será co-sede de la II Jornadas de Etnología de la Provincia.

Pero hete ahí que andurreando por la red he localizado este trabajo de prácticas para alumnos (enlace al finalizar el párrafo) realizado por el área de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física de la Universidad de Granada (por el profesor José Gómez Zotano) que viene a ser un canto a todo lo que de patrimonio engloba el territorio que circunda el núcleo urbano de nuestro pueblo; y también a sus gentes. También he visto mucho por lo que he luchado; por cierto, y sin ánimo de crítica, creo que no se debía dejar morir el proyecto “Raíces” que se realizaba con Colegio e Instituto: el respeto, la identidad con lo nuestro, comienza por su conocimiento.


Creo que hoy podemos estar muy de enhorabuena.


martes, 24 de enero de 2012

de rutas y más cosas

Andábamos mi buen amigo José Adolfo y un servidor por la vieja EGB cuando la chispa de la historia entró a raudales por todos los poros de nuestro cuerpo al conocer que cercano a nuestro pueblo, junto al pantano, estaba localizado un yacimiento arqueológico: Peñalosa.

La memoria me trae noticias vagas en exceso de cómo tuvimos conocimiento de la nueva, pero mucho más claras de las expectativas que nos creo la posibilidad de visitarlo, de patear las entrañas de una Historia que hasta entonces nos era ajena pese a la presencia, frente a nuestras narices, del coloso del castillo.

Una buena mañana de sábado, tras realizar las pesquisas necesarias para ubicar la meta de nuestra aventura y cargados tan sólo con el avío de la imaginación, cogimos la traza del Camino Ancho buscando por el cercano desvío del Camino Romano lo hondo de los Charcones. A nuestra siniestra iban quedando varias eras, como la de Casa, la mayor, solares empedrados que albergaban grandes tardes de fútbol en los que hoy campa la ruina a sus anchas. Ya en los Charcones, parada más que obligatoria, con la excusa de correr ranas bajo el puente romano o en los pozos, entre idas y venidas nuestras y gritos del “Tuerto”, hombre de campo, autodidacta y sabio que pocos comprendimos, le sisábamos alguna verdina: habas, lechugas, granás o membrillos, según tiempo; la tropelía nos llevó en andas y de inmediato, por la “zanja”, a coger la calzada del pantano, dirección a la Presa y a la sierra.

Rumiando lo extraído, el camino asfaltado nos acercó hasta la portera de la Casilla de los Pastores. De la poca información que a hurtadillas sacamos de nuestros mayores y de los propios y cortos saberes en orientación local, entendimos que Peñalosa se encontraba junto al barranco de la Salsipuedes. Acordamos que la opción más idónea para llegar hasta allí, obviando seguir la “verea de las aguas” por la Cola, a ras de agua, era bajar por el arroyo de la Rumblosa y que la mejor manera de alcanzar éste era saltar la portera mencionada y dejarnos caer a la derecha de la loma hasta toparnos con los arranques del arroyo y seguir aguas abajo por la propia fuente de la Rumblosa, dejando el chozo y era de Valhondo a nuestra derecha y alcanzar, a poco, el barranco de la fuente de la Salsipuedes. El único problema fue que seguir el hilo del arroyo para no despistarnos de nuestro cometido llevaba parejo alternar con un monte de chaparreras y jaras impenetrables y vadear escalones de pizarra de espanto. Algo magullados y gacha la moral llegamos finalmente a la lengua de agua embalsada que penetraba ocultando en sus entrañas el barranco de la Salsipuedes y la fuente de aguas cobrizas del mismo nombre.

Estando entonces ajenos a estas cosas de la arqueología, no dimos con otra cosa que con pizarras y desaliento, alguna trinchera que nos certificaba la presencia del yacimiento y la identificación de la Peña de Peñalosa, un pizarrón gigantesco que albergaba un nido de búho real presa de nuevas aventuras. En esas, José Adolfo se topó con un buen trozo de material que parecía arcilloso y que mostraba un punteado de pequeñísimos trozos de cuarzo, de formas algo redondeadas y de un color negro arroalado; -cerámica de Peñalosa-, afirmó rotundo. Siguiendo su ejemplo puse más atención y empecé a localizar trozos similares, más pequeños, y fui acopiándome de ellos en el hueco de mi jersey vuelto hacia arriba. José Adolfo imitó la labor. En poco tiempo, aupados ahora por la ligereza de ánimo, conseguimos una buena y pesada presa. En un momento concreto creo que enfrentamos la mirada y nuestro pensamiento, en común, valoró la vuelta a casa con la susodicha carga, y nos vimos a una mano y sujetando las cerámicas en el ascenso aguas arriba. De inmediato volcamos la presa y nuestra justificación fue unánime: “toda esta cantidad hallada no puede ser cerámica prehistórica”. Afilada la vista, los trozos de arcilla cocida aparecían ahora por doquier castigando nuestra decisión.

Ya ligeros de peso, decidimos volver por la linde del agua de la Cola del pantano, superando la fuente Cayetana, lugar de encuentros pasados, y accediendo al pueblo por la cueva del Grajo, el pozo Luzonas y los Turrumbetes siguiendo el hilo del camino labrado sobre pizarra de la propia Cayetana. Aunque dejamos apilada en dos montones nuestra ilusión de esa mañana, yo traje en el bolsillo un pequeño trozo de aquella hacienda que ha mantenido encendido mi cariño por ese yacimiento, por la arqueología y por historia como herramienta para participar de un proyecto social mejor. ¡Creo que José Adolfo estuvo en las mismas!

Pasaron los años, arribaron los arqueólogos estando ya cursando bachiller, por entonces era un estudiante de instituto de pueblo que veía a aquéllos como desembarcando de una película de aventuras. Pasaron más años aún y llegué a trabajar con aquel equipo de la Universidad de Granada, dos campañas como alumno de prácticas en la excavación y una de consolidación en el ’91. De entonces, recuerdo anocheceres espectaculares volviendo en barca de flotar material con el “Susi”, el rumor del agua se mezclaba con todo tipo de sonidos nocturnos. Cuando acabé los estudios mis derroteros profesionales me llevaron por otros lares, pero seguí muy atado a esas piedras y a esa gente.

En aquellos primeros años de estudiante fue creciendo en mi cabeza un proyecto, que consideraba utópico, y que permitiera que los saberes rescatados del pasado llegaran al máximo de gente. Estaba orgulloso de unas gentes que me precedieron y que supieron hacer un uso racional de aquellas tierras. Comenzaron a bullir en mi interior proyectos de restauración, de senderos señalizados, de equipamientos de interpretación, de nuevos usos de las viejas artesanías,…; y se ha ido haciendo lo que se ha podido.

En unas semanas, en un encuentro de viejos compañeros de estudios, posiblemente los acompañe a conocer esas piedras cargadas de saberes y raídas por el paso del tiempo y las aguas del embalse, aunque intentaré, si se puede, que no sea por el arroyo de la Rumblosa. Les contaré bastantes argumentos de aquella cultura, de sus gentes y de la forma de organizar y desenvolverse en éste, su territorio; pero, con seguridad, les estaré narrando muchas de las ilusiones que fui forjando durante mi vida y que nacieron de días que compartí con ellos.



sábado, 21 de enero de 2012

jueves, 19 de enero de 2012

Todo un espectáculo...

...por tierras de Babia que se pierde como su lenguaje: huronero, pavero, changarro, campanillo, changarrillo, grillete, truquilla, changarra, cencerra, grilleta, truquillo, picota, piquete, truco,  deajeme, esquila, vaquera, zumba, arriera, cañón,…

Por tierras de Cazorla

La vida, como nuestra tierra, tiene sus desencuentros:



Aunque los platos pagues
ya no hay quien te devuelva
lo que un día no supiste
y ahora sabes.

De nuevo carnavales
y tú ya ni te acuerdas
de que aquí se entra,
pero no se sale.

Amigos como treguas,
olvida lo que sabes,
ahora somos animales.

Amigas como yeguas
amistades con fraude,
remedios que siempre llegan tarde.

Lo que crece mengua,
parece que es así,
muérdete la lengua,
y baila infeliz.

Y mira desde aquí,
se parecen a ti.
Dime, ¿desde allí
todos también se parecen a mí?

Y cuando todo acabe,
yo no quiero una piedra
encima de mí sólo quiero tierra.

Y algunos frutales
para que me abracen,
que sus tiernas raíces me comprendan.

Voy derecho al desguace,
con mi nuevo disfraz,
voy vestido de barbaridad.

Derechito al baile,
me sobra carnaval,
¡estate quieto, que bailas fatal!

Lo que crece mengua,
parece que es así,
muérdete la lengua,
y baila infeliz.

Y mira desde aquí,
se parecen a ti.
Dime, ¿desde allí
todos también se parecen a mí?

De nuevo carnavales
y tú ya ni te acuerdas
de que aquí se entra,
pero no se sale.

Derechito al baile,
me sobra carnaval,
voy vestido de barbaridad.

martes, 17 de enero de 2012

La "Verea" de las Aguas (Baños de la Encina)

Ya están instaladas las mesas de interpretación que acompañan y ayudan a conocer el territorio por el que discurre este interesante sendero: Camino Romano, Charcones, Valdeloshuertos el Polígono-Contraminas; proyecto desarrollado por el ayuntamiento de Baños y auspiciado por ADIT Sierra Morena y que ha contado con la dirección técnica del equipo de trabajo del Proyecto Peñalosa (Universidad de Granada) y la colaboración de un servidor.









Por tierras de Torres

...pues nada que envidiar a la "Julianeta":


lunes, 16 de enero de 2012

miércoles, 11 de enero de 2012

Arqueología y Territorio

Acaba de aparecer el número 8 de la revista electrónica "Arqueología y Territorio", editada por la Universidad de Granada y con Peñalosa como cabecera:  http://www.ugr.es/~arqueologyterritorio/

miércoles, 4 de enero de 2012

Tertulias, púlpitos y otras cosas

Hace algunos años, ya van pareciendo casi muchos, cogí la costumbre de ver la parte final de un programa matinal que dirigía María Teresa Campos, pese a que nunca me gustara esta señora. Era un programa cargado de contenidos entre los que empezaban a tener una principal presencia los rosas y amarillos. Pero, ya en la parte final, dedicaban unos veinte minutos a un pequeño debate político. Es de reconocer que era bastante sano.

Era ésta una práctica novedosa totalmente desconocida en los medios audiovisuales, aunque sí la había, mucho menos imparcial, en las mañanas radiofónicas.

Durante los últimos años, quizá intensamente durante la última legislatura, este tipo de programas han sembrado por doquier la parrilla televisiva. Ahora se levantan púlpitos a cada clic que damos en el mando a distancia. La verdad, no entiendo como con tanta sabiduría hemos podido llegar a la situación en la que nuestro Estado se encuentra.

Hace algunos años menos, en uno de los viajes de visita a mi tío “Yuyo” en Valencia, compré mi primer disco de los gallegos “Os Diplomáticos de Montealto”, en realidad una casete. Días después, viajando con mi hermana Consuelo, me comenta si cada uno del grupo cantaba por su cuenta y riesgo. Le respondo que no, que tocaban juntos; a lo que ella me dice de manera rotunda que de ser así no se hacían ni puñetero caso. Pues bueno, estos al menos interpretaban bajo su conciencia y no colgados de la cuerda de una marioneta.


lunes, 2 de enero de 2012

DERRIBOS ARIAS - Europa (Completo)

Dame un poco de sol si vives en el Ecuador,
dame un poco de claridad si vives en Nepal,
dame un poco de frío glacial si vives en el Polo,
dame un poco de horror si vives en El Salvador.

Pero en Europa,
si quieres venir a Europa, Europa.
Europa, no vengas nunca a Europa,
porque somos multitud.

Norteamérica es ideal, si es que eres subnormal.
China no sé cómo será, no me puedo enterar.
Arabia mucho Corán, demasiada religión.
Por eso Europa es mejor, la decadencia letal.

Pero en Europa, labrada como una copa, Europa.
Europa, labrada como una copa
del más precioso cristal.


john wayne - los enemigos

“Nos han vuelto a expulsar. Lo llaman crisis, pero todos sabíamos que nuestro sitio nunca estuvo en el paraíso. Aquí afuera, en nuestra orilla, tanteamos en la intemperie y despertamos otra vez. Somos las razas de Caín y tenemos hambre. Somos Los Enemigos y hemos vuelto”